El ágata es una variedad de cuarzo que se forma en cavidades de rocas volcánicas, sedimentarias o cuarcitas mediante el depósito sucesivo de capas de sílice. Este proceso geológico da lugar a las distintivas bandas cromáticas que caracterizan su aspecto. El color varía según los minerales que contiene, siendo las tonalidades grises las más comunes, aunque también puede encontrarse en colores como amarillo, naranja, blanco, azul, marrón y rosa. Debido a su porosidad, puede ser teñida artificialmente en colores más vibrantes, tales como fucsia, azul intenso o verde oscuro. En su estado natural, a menudo se presenta junto con cristalizaciones de cuarzo, amatista o calcita dentro de geodas.
Este mineral se encuentra en diversas partes del mundo, destacando los principales yacimientos en Brasil, Uruguay, México, India y Estados Unidos.
El ágata es conocida por sus propiedades de protección, mejora de la autoconfianza y de la concentración. Se cree que favorece el crecimiento espiritual y el coraje.