Piedra semipreciosa perteneciente a la familia del cuarzo. Su color violeta debe a la presencia de hierro y al calor al que fue sometida durante su proceso de formación.
Los principales yacimientos de amatista se encuentran en Brasil y Uruguay, en depósitos volcánicos con una antigüedad aproximada de 160 millones de años.
Los cristales de amatista presentan una forma puntiaguda, con un brillo similar al del vidrio. El color violeta se concentra generalmente en las puntas, y en algunos casos, la piedra exhibe vetas blancas, conocidas como cuarzo lechoso.
La amatista puede presentarse en diversas formas, como en geodas, cavidades rocosas cerradas llenas de cristales en su interior, o en drusas, superficies abiertas recubiertas de cristales. También puede encontrarse como cristales individuales o en formaciones compactas, como una piedra maciza.
Reconocida por sus propiedades calmantes y espirituales, la amatista se asocia con el sexto chakra, favoreciendo la relajación, reduciendo el estrés y promoviendo la meditación. Es particularmente útil para equilibrar las emociones, aliviar la ansiedad y mejorar la calidad del sueño, ayudando a combatir el insomnio. Además, se le atribuyen propiedades protectoras, capaces de neutralizar energías negativas y facilitar la claridad mental.